¿Buscas una bebida probiótica diferente? El kanji podría ser la opción perfecta.
Originaria del norte de la India, esta bebida tiene un color morado oscuro y un sabor agrio y picante que algunos comparan con el café o el whisky.
Aunque se asemeja a la kombucha en algunos aspectos, el proceso de elaboración del kanji es completamente diferente.
La receta tradicional incluye zanahorias negras y otros condimentos, pero hoy en día se puede encontrar variedades que incorporan zanahoria roja, remolacha o cáscaras de sandía.
Además de su sabor único, el kanji es conocido por ser beneficioso para la salud intestinal y la digestión.
Durante el proceso de fermentación, la cantidad de bacterias vivas se incrementa, convirtiéndolo en una bebida probiótica con altos beneficios para la salud.
Origen y beneficios del kanji
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El festival de Holi en la India, viene acompañado de colores, renovación y primavera; pero también de kanji, bebida imprescindible en esta fiesta.
La tradición de alimentos fermentados en la India es amplia, y el kanji se une a la lista. A menudo, se disfruta como una bebida aperitiva.
Aunque su consumo es estacional y se centra en las celebraciones en Holi, también suele beberse en invierno. Algunas familias la consumen antes de las comidas por su naturaleza probiótica.
Tiene amplios beneficios para la salud. Al no contener grasa, ayuda a mantener el correcto flujo sanguíneo en las arterias y el corazón.
Igualmente, por su alto contenido en vitaminas, potasio, manganeso y vitamina K, protege contra las enfermedades cardiacas y previene la diabetes.
Las zanahorias y remolachas contienen antioxidantes que ayudan a mantener el colesterol bajo. Su alto contenido de bacterias probióticas favorece también la digestión.
¿Cómo hacer kanji en casa?
Tradicionalmente, el kanji se hace con zanahorias negras, sin embargo, no siempre se encuentran con facilidad. Es por eso que también puede elaborarse con zanahorias rojas y remolachas, además se le pueden agregar nabos o cáscaras de sandías peladas.
Su elaboración es fácil. Enjuaga y corta la zanahoria y la remolacha en pequeños trozos.
En una picadora, muele dos cucharadas de mostaza amarilla hasta obtener un polvo fino. Si lo que tienes a mano es mostaza negra o marrón, solo deberás usar una cucharada.
Hierve el agua y deja enfriar a temperatura ambiente. En un tarro de cerámica o cristal, limpio y seco, añade las zanahorias, las remolachas, la mostaza y el chile rojo en polvo y la sal.
Vierte en el tarro el agua hervida ya fría. Puedes, si lo prefieres, colarla con una malla mientras rellenas los recipientes. Remueve bien con una cuchara y cubre sin apretar la tapa.
Deja fermentar durante 2 o 3 días. Durante este tiempo, no es necesario añadir ningún tipo de azúcar o edulcorante, ya que el azúcar y el almidón de la zanahoria y remolacha ayudan a las baterías a alimentarse y fermentar de manera natural.
A diferencia de otras bebidas probióticas que fermentan en la oscuridad, el kanji se logra gracias a la incidencia de la luz solar. Si la luz es intensa, serán suficiente 1 o 2 días para la fermentación. En días nublados, se puede demorar entre 4 o 5 días. Agitar el frasco todos los días es imprescindible.
Es muy importante, durante el proceso de elaboración, extremar la limpieza de los utensilios y hervir bien el agua.
Durante la fermentación, las zanahorias y remolachas se curten con un sabor muy agradable. Pueden servirse como acompañamiento o condimento en platos tradicionales de la cultura india o añadirse a ensaladas o hamburguesas.