¿Te gusta el kéfir? Descubre los peligros que podrías estar ignorando

bolas de kéfir en una cuchara

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El kéfir es una bebida probiótica que se obtiene a partir de granos de kéfir y leche. Se considera generalmente seguro de consumir y puede tener algunos beneficios para la salud, como mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico.

Sin embargo, si lo preparas en casa, como con cualquier alimento o bebida, hay ciertos peligros potenciales al consumir kéfir.

En este artículo te comentamos en que condiciones puede ser desfavorable tomar kéfir y qué efecto puede causar en las personas.

8 escenarios en los que no debes consumir kéfir

A pesar de los muchos beneficios del kéfir, este es un producto con el que debemos ser cuidadosos. Para algunas personas puede estar contraindicado en determinados contextos y otras no están exentas de experimentar efectos secundarios.

Problemas digestivos

Uno de los efectos secundarios más comunes del kéfir es la sensación de malestar gastrointestinal, como dolor, inflamación o diarrea. Esto suele ocurrir con mayor frecuencia cuando se consume kéfir casero, que puede ser más concentrado que el kéfir comercial.

Las personas que padecen de estómagos sensibles o problemas digestivos deben tener cuidado al tomar kéfir y, si experimentan síntomas desagradables, deberían dejar de consumirlo o consultar un nutricionista.

Sistema inmunodeprimido

El kéfir contiene bacterias vivas y levaduras. El sistema inmunitario generalmente controla las bacterias y las levaduras en el cuerpo para prevenir infecciones.

Puede ser perjudicial en personas con un sistema inmunológico debilitado, como pueden ser los pacientes con cáncer o SIDA, debes tener cuidado al beber kéfir y, si es necesario, debes consultar a tu médico antes de hacerlo.

Reacciones alérgicas

Algunas personas pueden tener una reacción alérgica al kéfir debido a la proteína de la leche.

Si experimentas síntomas como hinchazón de la boca o de la garganta, dificultad para respirar o urticaria después de consumir kéfir, debe buscar atención médica de inmediato.

Contaminación bacteriana

Aunque el kéfir se hace con bacterias beneficiosas, es posible que se contamine con bacterias dañinas durante el proceso de producción o almacenamiento.

Si consumes kéfir contaminado, puedes contraer una enfermedad bacteriana, es por eso que si lo elaboras en casa debes mantener la limpieza durante todo el proceso.

Asegúrate de comprar kéfir de una fuente de confianza y de seguir las instrucciones de preparación adecuadas si lo haces en casa.

Interaccion con medicamentos

El kéfir puede interactuar con ciertos medicamentos, incluyendo aquellos que se utilizan para tratar el cáncer o la hipertensión. Si estás tomando medicamentos, habla con tu médico antes de consumir kéfir para asegurarse de que no hay ningún riesgo de interacción.

En la mayoría de los casos, se puede continuar consumiendo kéfir siempre y cuando se evite hacerlo al mismo tiempo que se toman estos medicamentos o se espere un tiempo suficiente entre su ingestión.

Intolerancia a la lactosa

Si tienes intolerancia a la lactosa, el kéfir puede causar síntomas como diarrea, hinchazón y dolor abdominal. Si a pesar de esto quieres consumirlo deberás buscar una una versión sin lactosa.

Contenido de alcohol

El kéfir puede contener pequeñas cantidades de alcohol si se ha fermentado por un período de tiempo prolongado. Si tienes problemas para controlar el consumo de alcohol o tienes trastornos relacionados con el alcohol, debes tener cuidado al consumir kéfir o buscar versiones sin alcohol.

Problemas de candidiasis

El kéfir contiene levaduras que al ingerirlas ayudan a combatir las levaduras patógenas en nuestro organismo, pero en algunos casos puede no sentar bien a las personas que presentan sensibilidad a las levaduras.

Si has tenido infecciones recurrentes de candidiasis es recomendable que antes de tomar kéfir consultes a tu médico sobre la composición de esta bebida y sea él el que te recomiende o no su ingesta.

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¿Qué cuidados debemos tener a la hora de beber kéfir?

  1. Asegúrate de que el kéfir que estás bebiendo esté fresco y de buena calidad. Evita el kéfir que haya estado expuesto a temperaturas muy altas o muy bajas, ya que aumenta el riesgo de que se puedan dañar las bacterias beneficiosas.
  2. Si tienes intolerancia a la lactosa o eres alérgico a la leche, es posible que no puedas tolerar el kéfir hecho con leche. En este caso, puedes probar el kéfir hecho con agua, que es una opción más baja en grasas y lactosa.
  3. Si estás embarazada o amamantando, debes consultar con tu médico antes de empezar a beber kéfir. Algunos estudios sugieren que los probióticos pueden tener efectos beneficiosos para la salud, pero aún se necesitan más investigaciones para confirmar esto.
  4. Si tienes problemas gastrointestinales o estás tomando medicamentos, es posible que debas tener cuidado al beber kéfir pues puede provocar efectos adversos. Es importante consultar con tu médico antes de empezar a beber kéfir si tienes cualquier condición de salud o estás tomando medicamentos.

¿Cómo saber si mi kéfir está en mal estado?

Hay algunas señales que pueden indicar que el kéfir está en mal estado:

  1. Mal olor: Si el kéfir huele a amoníaco o a podrido, es probable que esté en mal estado y debes desecharlo.
  2. Textura extraña: Si el kéfir tiene una textura grumosa, como puede ocurrir con la leche, o si hay una parte más líquida en la superficie y en el fondo se encuentra más sólido, es posible que se haya echado a perder.
  3. Color anormal: Si el kéfir tiene un color anormal, como marrón o verde, es probable que se haya estropeado y debas deshacerte de él.
  4. Sabor desagradable: Si el kéfir tiene un sabor amargo o desagradable, es señal inequívoca de que no debes beberlo.
  5. Moho en su superficie: Si detectas moho en tu kéfir debes evitar su consumo.

En general, si notas cualquiera de estas señales, es mejor desechar el kéfir en lugar de correr el riesgo de consumir un producto en mal estado. Es importante recordar que el kéfir es un producto que se obtiene por medio de la fermentación y puede contener bacterias y levaduras vivas, por lo que es importante tener cuidado al consumirlo.

Debemos conocer bien nuestro cuerpo antes de ingerir nuevos productos. Esta bébida probiótica puede agregarse a la dieta diaria, pero debemos ser conscientes tanto de sus beneficios como de las contraindicaciones de consumir kéfir.

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