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Los granos de kéfir (también conocidos como bulgaros) son colonias de bacterias que se alimentan de la lactosa de la leche. Tienen una forma bastante peculiar, siendo una masa semisólida, elástica y de color amarillo. Su aspecto recuerda al de la coliflor y al de algunos corales, al estar envueltos en una matriz de polisacáridos blancos.
Los granos de kéfir, los nódulos y los Bulgaros son estructuras en las que vive un conjunto de microorganismos, bacterias y levaduras. Los principales microbios presentes en el kéfir son el bacilo Lactobacillus acidophilus y el Saccharomyces kefir, que es el hongo de levadura primario.
Los beneficios del kéfir
El kéfir ha sido elogiado por sus numerosos beneficios para la salud, sobre todo por sus efectos probióticos. Entre ellos, los siguientes encabezan la lista:
1. Mejora la inmunidad
El kéfir refuerza la inmunidad del organismo gracias a la presencia de nutrientes como la biotina y el ácido fólico, que protegen las células. Además, es rico en probióticos que actúan en oposición a ciertas bacterias y virus y consiguieron inhibirlos.
2. Mejora la digestión
El contenido probiótico del kéfir ayuda a una digestión adecuada. La presencia de Lactobacillus kefiri ayuda a romper mejor los componentes de grasa, proteína y lactosa presentes en los alimentos.
3. Equilibrar el peso
Las capacidades del kéfir se extienden al control del peso. Esta propiedad se atribuye a su contenido en ácidos grasos, que actúa elevando el colesterol beneficioso del organismo y reduciendo el riesgo de obesidad.
4. Reducir el azúcar en sangre
El consumo regular de kéfir disminuye sustancialmente los niveles de azúcar en sangre y mantiene a raya la diabetes. Una vez más, esto se debe a su contenido probiótico, que ayuda a absorber mejor el azúcar.
Cómo preparar los granos de kéfir
Los granos de kéfir para los kéfirs lácteos pueden prepararse de dos formas distintas desde cero. La primera es la más rápida de las dos, ya que sólo tarda 5 días en prepararse, pues sólo requiere leche cruda y yogur, mientras que la otra tardará entre 20 y 30 días en prepararse sólo con leche cruda.
El método más rápido es el siguiente:
1. Mezcla una taza de leche cruda con un tercio de cucharada de yogur natural.
2. Coloca la mezcla en un recipiente como un tarro Mason y cúbrelo con estopilla.
3. Coloca el recipiente en un lugar cálido y déjalo tapado durante cinco días.
4. Una vez transcurridos los cinco días, cuela el kéfir y transfiérelo a una botella de cristal, déjalo en un lugar cálido durante 24 horas.
De este modo se formarán nódulos de kéfir, que se pueden utilizar para hacer kéfir lácteos, batidos y respherisations.
El otro método para obtener los nódulos, utilizando únicamente leche cruda, requiere un plazo más largo de 20 a 30 días.
Sigue:
1. Pon dos cucharadas soperas de leche cruda en un recipiente de cristal. Cubre la parte superior del recipiente con estopilla, sujetándola con una goma elástica si es necesario.
2. Coloca el recipiente en un lugar cálido.
3. Deja el recipiente durante 24 horas, y luego cambia la leche, añadiendo una cucharada de la nueva leche cruda.
4. Hazlo cada 24 horas poniendo una cucharada de leche cruda, removiéndola y volviéndola a tapar.
5. Observa regularmente el recipiente hasta que empiecen a formarse las estructuras de los granos de kéfir. Normalmente, esto tardará entre 20 y 30 días, tras los cuales podrás empezar a producir kéfir.
Palabras finales
El kéfir es un probiótico beneficioso, y su uso y presencia en la dieta de las personas han ido en aumento en los últimos años debido a sus propiedades beneficiosas. Los nódulos de kéfir son la columna vertebral de esta bebida y el agente fermentador, y aunque elaborarlos requiere un poco de paciencia y perseverancia, sin duda merece la pena el esfuerzo.
Preparando los nódulos desde cero, puedes disfrutar de todos los beneficios para la salud del kéfir sin preocuparte de ningún ingrediente o componente artificial añadido.
Una mente sana reside en un cuerpo sano, y el kéfir demuestra ser una fuente de esta unión.
